ZIGZAGUEANDO POR LOS ANDES

  No voy a empezar este artículo como empiezo todos los demás. Esta vez lo comienzo con un consejo amistoso, especialmente dedicado a quienes, como yo, están enamorados de la música andina: escuchad ciertas emisoras latinoamericanas especializadas en "música andina"..y cuando os canséis de las baterías, y hasta de las guitarras eléctricas, iros a amazon.es y echad un vistazo al siguiente disco en sus dos partes: "Zig Zag". Y, después de haberlo oído, recordad este nombre: Trencito de los Andes.

Hablemos de Ecuador

  Zig Zag, en sus dos partes, es un disco dedicado por completo a la música de Ecuador. Pero no es un disco cualquiera. Escucharemos diálogos imposibles de escuchar en nuestra querida Europa, vibraremos con el calor que desprende la marimba sudamericana, y nos perderemos por los valles y montañas de Ecuador. Eso sí, delante de nuestros equipos electrónicos.

  A la marimba le acompañan en este disco gaitas, rondadores y demás maravillas auditivas que Trencito de los Andes conoce a la perfección. De la mano del primer instrumento que he mencionado escucharemos himnos y zapateados de san juan, ritmos tradicionales del valle de Imbabura. Nos daremos cuenta de cómo el rondador "habla" con su hermano musical, el "siku" o zampoña. Quedaremos extasiados ante los dúos deslumbrantes de phucunas. Y, después, no podremos evitar hacer comparaciones.

Trencito de los Andes, Italianos a la Aventura

  Todos los aficionados a la música andina sabemos que esta música invadió Europa con grupos maravillosos como Los Calchakis, Los Incas, Inti-Illimani, Quilapayun o los no menos geniales Los Chacos. Podría mencionar más grupos, pero la lista es demasiado larga.

   Trencito de los Andes fue fundado en este boom, a mediados de los setenta. Fueron dos pre-adolescentes, Raffaelle y Felice Clemente, quienes dieron los primeros pasos musicales rumbo al sur. Pero lo hicieron con la siguiente condición: hacer la música andina como se hace en los Andes. Esto tiene una explicación fácil: si uno compara la música andina que se toca en la sierra del Perú constatará fácilmente que es muy diferente de la que, salvo excepciones, se hace en Europa. Raffaelle y Felice comprendieron esto a la perfección. Ellos, acompañados posteriormente por  sus compañeras Paola Frondoni y Laura Grasso, tienen presente el mismo objetivo desde el nacimiento del grupo. Y no tienen trazas de cambiar.

  Lo dejan bien claro en sus actuaciones: una onírica puesta en escena en la cual tradición y fantasía, instrumentos de viento, cuerdas y cobre, danzan al ritmo de una nueva música sólidamente enraizada en Los Andes. Este es un grupo valiente, y no solo por eso: huyen de cualquier atisbo de comercialidad en lo referente a su música, y soportan estoicamente el que muchos de sus admiradores no compren sus discos.

   Crearon en 2006 una asociación llamado "Il Laboratorio delle Ouva Quadre", con el fin de preservar el legado artístico del grupo. Hacen bien, porque NADIE en Europa hace la música andina como ellos (y lo digo sin ánimo de despreciar a nadie). ¡Grazie tante!






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