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Mostrando entradas de febrero, 2018

EL HOMBRE COMPROMISO

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  En tiempos tan duros como los que corren, es necesario todavía recordad cómo algunos hombres fueron, tal vez sin pretenderlo, la conciencia política y social de Hollywood. Sin embargo, he de hacer aquí un paréntesis: pese a lo que muchos creen, Hollywood nunca ha sido una máquina de hacer talento, sino de ABSORBERLO Y EXPORTARLO.   Algunos de esos talentos –diez más exactamente- fueron a parar a la cárcel debido a que sus posiciones políticas no eran del agrado de los sectores más ultraconservadores de la época, en un proceso que duró más de diez años y que se dio en llamar “La Caza de Brujas”. No voy a dar nombres de los culpables porque el tiempo, así como la sensibilidad de algunos actores y cineastas, ya les han puesto en su sitio. En el único sitio que merecen. Bryan Cranston como Dalton Trumbo   Aquellos talentos que fueron a la cárcel son y serán siempre conocidos como Los Diez de Hoyllwood. Su historia está representada por el retrato cinematográfico que se

EL QUE RÍE EL ÚLTIMO RÍE MEJOR

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  Hay algo –no sé porqué- que distingue claramente a los anglosajones y a los judíos de otros colectivos. Es algo intangible que revoluciona el mundo, y que puede tener efectos memorables o catastróficos (según se vea). Eso –que provoca tantos cambios globales- no es otra cosa que el carácter emprendedor.   Tal carácter no se manifiesta a primera vista, ni sale a relucir a las primeras de cambio, pero es un síntoma de que, quien lo tiene, posee un caudal inagotable de talento. Tal es el caso de un señor llamado Reed Hastings.   A muchos os sonará a chino este nombre, pero seguro que os suena la segunda empresa que fundó: Netflix. Sí, así es.   Todo comenzó un buen día, cuando la extinta cadena de videoclubs Blockbuster cobró a Hastings 64 de los actuales euros por perder una copia en vhs de Apolo XIII. A Hastings se le cayó la cara de vergüenza, pero el mal trago le sirvió para concebir una idea revolucionaria: un servicio de tarifa plana de alquiler de películas.

LA PROFESIÓN DE LOS SENTIMIENTOS

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Lo recuerdo perfectamente. Era solo un niño de diez años o menos cuando me sentaba frente al televisor, apagaba las luces, encendía una linterna imaginándome que era un proyector, y me sentaba -estando en pijama- a ver cualquier comedia de los Hermanos Marx, o cualquier película del momento. Eso era, para mí, la felicidad. Eso, y el señor Spielberg, me hicieron creer que quería ser director de cine. Quería averiguar todos y cada uno de los entresijos técnicos que envuelven a cualquier producción de Hollywood. Devoraba todos los así se hizo -antes de que todo el mundo los llamase Making Of- y me tragaba cantidades industriales de cine clásico. El celuloide y su amiga la cinta magnética me atraparon. Pero, con el tiempo aprendí que todo eso podía disfrutarlo en mi propio idioma gracias a unas personas, totalmente anónimas, que hacían que yo disfrutara como un loco de todas las películas que pasaban por mis ojos. Hablo de los actores de doblaje. Más concretamente, hablo de

Déjame Que Te Cuente, Peruano

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  Muchos ciudadanos creen que amar as un país es haber nacido en este, haber alzado las armas "a favor del mismo" o maltratar e intentar aniquilar a todos los extranjeros que viven en dicho país. Pero, como no hay más ciego que el que no quiere ver, es obvio que tienen la misma inteligencia y lucidez que una hormiga (lo cuál es un insulto para las hormigas).   Esto lo ha comprendido un gran cineasta, el uruguayo Luis Ara Hermida, quien nos ha presentado un documental. Un documental en el que no se limita a glosar las excelencias de un país, sino en exigir al respetable (indirectamente) que cambie sus conductas en favor de la naturaleza del mismo. Hablo de un impecable documental, el que visualmente más me ha impactado de todos cuantos he visto; hablo de "Perú, Tesoro Escondido". Un Tesoro en Sudamérica   Perú es un país dividido en tres grandes regiones: Costa (lugar preferente de residencia de la población afroperuana), Sierra (donde todavía viven los