UNA LUZ DE AYACUCHO
El pasado Domingo día 31 de Julio la comunidad peruana en Madrid celebró las fiestas patrias del Perú. Y, en esta ocasión, lo hizo de la mano de Magali Revollar y las tropas de sikus Runa Taki y Katari en la Sala Galileo Galilei.
Magali Revollar nació en Ayacucho, municipio ubicado en el corazón de la Sierra del Perú. Desde que era una niña sintió la llamada del arte, y acudió presta a la misma. Habiendo estudiado con el fin de dedicarse a la eneseñanza, nunca dejó de lado su pasión más arrebatadora: la música, esa música que surge del corazón de los habitantes del altiplano, que emerge de una Pachamama (Madre Tierra) que los indígenas del Perú sienten como propia.
Después de haber formado su primer grupo, Capulí, se trasladó a España a compartir su canto con sus compatriotas, aquellos a los que la vida ha empujado a dejar su amado Perú en pos de una vida mejor (en la mayoría de los casos). Aquí no se ha quedado precisamente quieta. Ha trabajado como actriz en cine ("El Próximo Oriente", de Fernando Colomo), televisión y doblaje ("Pasos de Baile").
Magali y su banda armaron una verdadera fiesta en su actuación. Comenzaron con El Cóndor Pasa, a la que siguieron canciones como Adiós Pueblo de Ayacucho, El Mayoral, Encuentros, Gracias a la Vida, Queriendo Llorar y otras bellas melodías que encendieron el corazón de los asistentes. El cariño que el público dispensó a la artista fue tan grande que no pudo concederme la entrevista que había concertado con ella. Hay que destacar además que en su banda había músicos procedentes de Perú, Bolivia, Ecuador y España.
El canto de Magali Revollar surge poderoso como la tierra que le vio nacer. Es la expresión viva de un país cuya civilización primigenia, los incas, dejaron un legado cultural del que los peruanos se niegan a desprenderse.
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| Magali Revollar (la cuarta por la derecha) acompañada por su banda |
Magali Revollar nació en Ayacucho, municipio ubicado en el corazón de la Sierra del Perú. Desde que era una niña sintió la llamada del arte, y acudió presta a la misma. Habiendo estudiado con el fin de dedicarse a la eneseñanza, nunca dejó de lado su pasión más arrebatadora: la música, esa música que surge del corazón de los habitantes del altiplano, que emerge de una Pachamama (Madre Tierra) que los indígenas del Perú sienten como propia.
Después de haber formado su primer grupo, Capulí, se trasladó a España a compartir su canto con sus compatriotas, aquellos a los que la vida ha empujado a dejar su amado Perú en pos de una vida mejor (en la mayoría de los casos). Aquí no se ha quedado precisamente quieta. Ha trabajado como actriz en cine ("El Próximo Oriente", de Fernando Colomo), televisión y doblaje ("Pasos de Baile").
Magali y su banda armaron una verdadera fiesta en su actuación. Comenzaron con El Cóndor Pasa, a la que siguieron canciones como Adiós Pueblo de Ayacucho, El Mayoral, Encuentros, Gracias a la Vida, Queriendo Llorar y otras bellas melodías que encendieron el corazón de los asistentes. El cariño que el público dispensó a la artista fue tan grande que no pudo concederme la entrevista que había concertado con ella. Hay que destacar además que en su banda había músicos procedentes de Perú, Bolivia, Ecuador y España.
El canto de Magali Revollar surge poderoso como la tierra que le vio nacer. Es la expresión viva de un país cuya civilización primigenia, los incas, dejaron un legado cultural del que los peruanos se niegan a desprenderse.
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