CANTINFLAS

Introducción

  Todos  aquellos (creo yo) que tenemos treinta tacos o poco más hemos pasado grandes ratos viendo la tele. Grandes ratos viendo a alguien muy en especial: a un personaje pobre, mexicano, de inconfundible bigote y habla enrevesada. Un morenito de talento poco común que, con el paso del tiempo, fue al cine mexicano lo que Vicente Fernández fue a la canción mexicana: hablo, cómo no, de Mario Moreno Reyes y, sobre todo, su alter ego: Cantinflas.

   Como casi todos los mexicanos, Mario Moreno era de extracción humilde. Pero era de esas personas cuyo destino era el estrellato. No creo que nadie cuando él nació supiese que aquél hombre que lo intentó como boxeador y como torero (ambas, facetas en las que no tuvo éxito) iba a ser uno de los cómicos más importantes de la historia, y que iba a actuar en un teatro tan importante como lo fue el Folies Bergere.

  Su salto a la fama internacional vino de la mano de un productor estadounidense, Michael Todd, quien le convertiría en coprotagonista de su próximo proyecto, "La Vuelta al Mundo en Ochenta Días", junto al gran actor británico David Niven. Este trabajo le valió al mexicano un Globo de Oro.

Y Ahí Está el Detalle

  Pantelion films (o lo que es lo mismo, Televisa y Lions Gate) ha lanzado al mercado una película sobre su vida, cuyo título lleva el nombre de su personaje. Está interpretada por el actor Óscar Janeada, aunque también podemos ver en la película al gran Javier Gurruchaga.


  Si lo que Sebastián del Amo (el director) quería era alguien que reflejara a Cantinflas, sus aspiraciones se han visto sobrepasadas con creces. Y es que al hablar de Jaenada no hablamos de un actor que se ha puesto en la piel del cómico mexicano, porque en esta película (que recomiendo a todo el mundo) Jaenada no imita a Cantinflas, ES QUE ES CANTINFLAS. Pareciera que Mario Moreno volvió a la vida reencarnado en un actor español de tez morena y talento demostrado. Es como si Janeada hubiese transmutado en otra persona, porque ha logrado una simbiosis imposible de superar, callando la boca a aquellos a los que (según he leído) no les gustaba que un actor español encarnase a aquél al que Chaplin consideró, en palabras textuales, el mejor cómico del mundo.

  Javier Gurruchaga y Michael Imperioli tampoco son precisamente aficionados. El primero, metido hasta las trancas en la piel de un empresario teatral, y el segundo bordando el personaje de Michael Todd.

Para Terminar

    Aunque no venga a cuento, esta no es una película para ver comiendo unas palomitas, sino para ver comiendo un buen taco y un burrito con abundante crema agria, y, cómo no, unos buenos nachos con abundante salsa cheddar. Una comida deliciosa para acompañar una película de tan buena factura que se hace corta. Tanto si érais admiradores de Cantinflas como si no lo érais, no podéis dejar pasar la oportunidad de ver esta obra de arte.