EXPERIENCIAS SERIÉFILAS


   Hasta hace pocos años, las cadenas televisivas españolas no daban a las series tanta importancia como a las películas. Teníamos por ejemplo el Festival de Cine de San Sebastián, pero no había nada relacionado con las series.

  Era algo que no se correspondía con la realidad del público, pues algunas series de esos años marcaron a generaciones enteras. Podemos citar la conmoción que supuso para el país la muerte de Chanquete, de la serie Verano Azul. O la paralización de las calles madrileñas que conllevaba la emisión de "Holocausto", serie basada en el libro del mismo título escrito por Gerald Green, y que supuso una enorme polémica a nivel mundial al relatar, en primera persona, un capítulo de la historia tan horroroso como lo fue el que da título a la serie.

  Llegaron las cadenas de televisión de pago, y las series empezaron a proliferar. Todo el mundo sabe ahora qué es Juego de Tronos, o quién es el Sheldon Cooper de The Big Bang Theory. Y llegó  el turno de Digital Plus (actual Movistar Plus). Los responsables de esta plataforma de televisión de pago se dieron cuenta del potencial que tenían las series, y más en una revolución digital gracias a la cual el cliente/espectador decide qué quiere ver, dónde, cuándo y cómo.

  Y nació el Festival de Series de Movistar Plus. Para quienes no lo sepan, es un festival de tres días de duración en el que se dan cita todo tipo de pases y eventos relacionados con las series disponibles en la televisión de pago, tan de moda actualmente.

  Es un festival en el que podemos encontrar eventos de lo más dispares: desde talleres de doblaje presentados por profesionales de ese mundo hasta talleres de maquillaje, coloquios y presentaciones de series nuevas.

  El primer Festival de Series al que un servidor fue se desarrolló en el Círculo de Bellas Artes. Recuerdo todavía con impacto a esas modelos que parecían recién salidas de una producción de Hollywood, mis fotos con Javier Gutiérrez y Boris Izaguirre, y el primer taller de doblaje al que fui (el relativo a la serie Sexo en Nueva York, después del cual a algunos nos regalaron un libro sobre el doblaje de CSI).

  La segunda vez se celebró en el Cinesa Proyecciones, y, de nuevo, acudí a un taller de doblaje (esta vez de CSI) donde me tomé fotos con dos estrellas del doblaje al castellano, Javier Viñas (voz de Horatio Caine en esta serie y director de doblaje de sus franquicias de Las Vegas y Nueva York) y Manolo García (voz de Grissom).

  Esta vez (el año pasado no fui porque me enteré de las fechas demasiado tarde) se ha celebrado en el ático de la madrileña Estación de Chamartín. Y acudí los tres días que duró.

  El primer día acudí al taller de doblaje de Juego de Tronos, donde me tomé fotos con Antonio Villar y Eduardo Bosch (ver artículo "Juego de Voces" en este mismo blog). El segundo día fui a la presentación de "Eyewitness (Testigo)", que se estrena el próximo día 8 en Calle 13. Tuve la oportunidad de conversar con uno de sus protagonistas, James Paxton (hijo de Bill Paxton), quien amablemente se solidarizó con las personas con enfermedad mental posando para una foto. Nos comentó que había visitado el Museo del Prado, que le encantan las tapas y (en español) que él había estado estudiando español durante cuatro años en su California natal, pero que no lo dominaba porque en California no puede practicarlo.

  Y llegó el último día. No tenía pensado ir porque, el domingo por la tarde, la pereza me podía. Pero también estaba sin ganas de hacer nada, y completamente aburrido. Así que, decidí ir. En buena hora. Acudí a la presentación de la última temporada de "Qué Fue de Jorge Sanz", que precedió a un coloquio con Sanz, David Trueba y Eduardo Antuña moderado por Pepe Colubí, uno de los "Ilustres Ignorantes" del canal 0. El turno de las preguntas dio comienzo. Yo, que fui el primero en levantar la mano, defendí la profesión del doblaje y les pregunté qué les parecía ese mundo. Inmediatamente, David Trueba me dijo que tengo una voz muy bonita. Y yo, con todo mi desparpajo, con el micro en mano me arranqué y locuté "Cafés Sanchidrián...el café de los españoles" como si de una locución publicitaria se tratase, solo que espontáneamente, en vivo y en directo. Terminada la improvisación, David Trueba pidió aplausos para mí, que el público dio para gusto de mis oídos y orgullo de mi padre, a quien le conté después la anécdota.

  Terminado el coloquio y la ronda de preguntas, David Trueba me pidió una forma de contacto, y le dí mi email (y, al día siguiente y vía web, mi móvil). Lo último que hice, antes de volverme a casa, fue tomarme una foto con Jorge Sanz, Trueba y Antuña. Y me quedé mucho más que satisfecho.

En Resumidas Cuentas

  Los responsables de este Festival han dado en la diana. Según ellos mismo, cambiaron la ubicación este año debido al éxito de la pasada edición. Y no me extraña. Es un festival lleno de alegría, y apto para todas las edades -máxime cuando hay pases también para los más pequeños-.  Por otra parte, fui muy afortunado. ¿Porqué? porque hacía mucho tiempo solicité una acreditación de prensa para el festival, que ellos me concedieron, con la cual tuve pequeños privilegios  (como sentarme en la primera fila durante la presentación de "Eyewitness (Testigo").

Buenas SERIES.

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