Cuento "EN LOS OJOS DE OMAR"

NOTA: EL ESCRITO QUE VAIS A LEER A CONTINUACIÓN ES UN CUENTO TOTALMENTE FICTICIO. TODAS LAS INSTITUCIONES MENCIONADAS EN ESTE SON PURAMENTE FICTICIAS.


"  Esta es una historia que podría haberse perdido en el olvido. Podría haber sido un papel mojado, tirado en el bárbaro mundo de la inmundicia. Un papel que hubiese acabado en ese mar asqueroso y violento que es la impunidad. 

  Me llamo Alberto. Soy miembro de Derechos del Hombre. Estoy orgulloso de ello. Un buen día, mis jefes de Derechos del Hombre me conminaron a acudir a una reunión en la que iba a conocer a un perfecto extraño. No me dijeron el nombre. Cuando a mis jefes les pregunté el nombre de mi interlocutor, ellos respondieron "¡Averígualo! ¡Que sea él quien te lo cuente!"

  Llegó el día. La reunión iba a ser en la Sala El Clavo Ardiendo, una enigmática sala de conciertos de Madrid. Entré en la sala. La luz era tenue, y las mesas estaban dispuesta de modo que todos nos pudiésemos mirar a los ojos. Fui de los primeros en llegar. Permanecí en silencio, porque una de las normas era que no podíamos hablar hasta que el director de la reunión nos diese a todos permiso. La cumplí a rajatabla. Y, finalmente, me senté en un asiento blanco con la base de mármol, lo que le confería un carácter raro. 

   Inmediatamente después se sentó un hombre joven en frente de mí. Parecía español, pero pensé "¿quién sabe?". Nos observamos fijamente en la quietud de esa sala que se iba haciendo cada vez más pequeña conforme iba llegado gente. Tenía un moratón en el ojo. Sus párpados formaban un océano gris debajo de sus ojos. Su pelo, sin embargo, parecía peinado por un estilista. Tenía los ojos absolutamente enrojecidos. La ropa que llevaba, no de muy buen gusto, le estaba pequeña. No importa, pensé. De repente, el jefe nos dio permiso para hablar. El primero en hablar, y en un perfecto español, fue él. 

-Buenas noches
-Buenas noches -respondí yo.
-Me llamo Omar
-Y yo Alberto
-Bueno, si te parece puedo empezar por contar mi historia..
-y yo estoy dispuesta a escucharla
-Vengo de Siria. Un país devastado por la guerra. Tengo mujer y tres hijos. Mi familia y yo nunca nos habíamos metido en política, no teníamos problemas con nadie. Pero llegó la guerra. Perdí el trabajo, y mi mujer igual. Un día nuestra casa sufrió un bombardeo, suerte que nos pilló fuera, porque si no...Hemos pasado por Grecia, antes de llegar a España.
-¿Qué tal fue la experiencia en Grecia?
-Ha sido horrible. El campo de refugiados en el que vivíamos parecía más bien un campo de concentración. No entiendo cómo los gobiernos pueden permitir eso, y no quiero acusar a ninguno en concreto. Las peleas eran constantes en el campo de refugiados. Pasábamos hambre, frío y miedo. Mi familia y yo estábamos instalados en una tienda que se volaba continuamente. Una vez se voló, y como estaba lloviendo y habíamos tenido un brasero puesto, mis hijos se pusieron malos. 
-Es una historia terrible
-Ya, y lo peor es que es cierta. Bueno, suerte tengo de hablar español porque soy licenciado en filología hispánica en mi país. La gente se cree que soy un terrorista o un ladrón, pero tengo mi título que demuestra que soy licenciado universitario. La gente no tiene ni idea de lo que sufrimos. 
-Lo sé
-Llevamos viviendo en España solo unos meses. Estamos en un piso conviviendo con una familia española. Son unos padres que tienen un hijo. Ellos se llaman Maribel y Jose, y su hijo se llama Jorge. Son de las personas más nobles que he visto nunca. 
-Me alegro. Mira, te voy a dar un consejo. Sé que echas de menos tu país, pero no pienses en lo que has perdido, sino en lo que puedes ganar viviendo en nuestro país. Piensa en lo que nuestro país te puede ofrecer
-¡Y lo hago! Aquí estamos a salvo, pero me duele en el alma pensar en los miles de paisanos míos que hemos dejado en Grecia, y que esto no tiene pinta de acabar. Mientras se les siga dando armas a las partes en conflicto, esto no se acabará. A la industria armamentística no le interesa que esto se acabe, y mucho me temo que a los gobiernos del mundo tampoco. 
-Cuesta creerlo
-Pues es así. A mi mujer intentaron violarla en Grecia. Y mis hijos lo presenciaron. Estoy preocupado por mi hermano Tayeb. Él sigue en Siria, forma parte de los cascos blancos. 
-¿Qué es eso?
-Son una organización creada espontáneamente. Son personas que no son ni médicos ni bomberos, pero que cuando ha terminado un bombardeo salen a buscar y rescatar víctimas. En esa organización no importa lo que seas. Si quieres salvar vidas, entras. Y punto. 
-Bueno, aquí el estigma hacia los refugiados es doble: estigma por un lado por ser extranjeros sin dinero, y estigma por venir de un país árabe
-En mi caso el estigma no es doble, sino triple...padezco esquizofrenia. Cuando le digo a la gente que tengo esquizofrenia, aquí y en mi propio país, me miran con miedo. Como si yo fuera a matarles. No se dan cuenta de lo mucho que sufrimos nosotros. 
-Ya. Debe de ser horrible eso de oir voces y ver personas que no existen
-Para uno mismo y para toda su familia. Pero bueno, hay gente que me ayuda. Aparte de nuestra familia de acogida de Móstoles tenemos ayuda de un centro de salud mental, y de la Fundación Ángel María Baltanás. Hasta hace poco fui un usuario de uno de sus Centros de Rehabilitación Laboral. 
-¿Qué es eso? 
-Es un centro donde se pulen nuestras aptitudes y competencias como trabajadores. Formé parte del Taller de Creación y Diseño Gráfico, un taller donde elaboramos una revista llamada "La Ley del Loco". Pero ahora ya mi mujer y yo estamos trabajando. Ella trabaja de empleada del hogar para unos ancianos, y yo trabajo de Auxiliar de Información en una residencia de ancianos. Nuestros hijos van al colegio Mercedes Montalá, ya son totalmente bilingues árabe-español. Y dentro de poco nos vamos a ir a un piso de protección oficial. 
-Me alegro enormemente amigo. Estoy muy interesado en seguir en contacto contigo, pero no tengo más tiempo hoy. ¿Me puedes dejar tu móvil?
-Sí, claro. Apunta: 777888999
-Apunta el mío: 8887777999
-Bueno, me alegro de haberte conocido Omar. Ah, y Salam Haleikum.
Haleikum Salam. 

  Salí de la sala con la sensación de haber trabado contacto con otro mundo. Después de haber estado en esa sala que se me hizo tan pequeña, pareciera como si hubiese cambiado de planeta. Me fui directo a casa y el cansancio insobornable hizo mella en mi ánimo, así que, sin haber cenado, me fui a la cama. Mañana será otro día, pensé. 

Saludos cordiales."


Comentarios

Entradas populares de este blog

UNA MIRADA HACIA EL TRENHOTEL

ARGENTINA 1985

ÉRASE UNA VEZ UN ESTUDIO. ÉRASE UNA VEZ LA MAGIA DE DISNEY