EL DEVORADOR DE CINE Y SERIES

    Desde que el cine es cine, algunas personas de raza blanca han venido tergiversando la historia de acuerdo a sus intereses. Todos recordamos aquellas películas de John Wayne, en las que eran siempre los indígenas los que atacaban, y siempre los blancos quienes se defendían. Nada más lejos de la realidad.    Sabemos perfectamente que fueron algunos (NO TODOS)  hombres blancos los que colonizaron y diezmaron a los pueblos y territorios indígenas que encontraron a su paso. Ya desde los tiempos de la colonización hubo entre los blancos voces discordantes, como la de Fray Bartolomé de las Casas, religioso español que pasó toda su vida luchando en defensa de los indígenas.   Una buena prueba de la crueldad con que la industria del cine y la televisión trataba a los indígenas fue la controversia que salpicó a la Gala de los Oscar de 1973, en la que Marlon Brando, merecidamente nominado por su gran trabajo en El Padrino, rechazó el premio en protesta por el modo en que esta industria t

Introducción    Hace no tantos años, hubiese sido dificilísimo para cualquier productora o canal de televisión abordar la homosexualidad abiertamente, y mucho menos -desafortunadamente- desde una perspectiva integradora. Sin embargo, en este mundo hay creativos y productores valientes que no dudan en plantarle cara a la homofobia, como ya se ha visto en alguna de las películas de las que hemos hablado en este blog. Pero, como en todo, hay un punto de inflexión. Y, en el caso del tema del lesbianismo, ese punto lo marcó en parte una serie. Una ficción en la que el lesbianismo es el eje principal que sustenta casi todas las tramas, con gran eficacia. Hablamos de The L Word. Resumen    Esta serie nos narra la vida de un grupo de amigas lesbianas en Los Ángeles, mujeres que viven su homosexualidad de manera abierta y -en la mayoría de los casos- honesta. En su día a día también se topan con hombres y mujeres transexuales, bisexuales, republicanos, en fin, con todo el cosmos que rodea

Introducción    Hace muchos años, los izquierdistas europeos estaban entusiasmados con un director de cine afincado en Francia, de origen griego, que ha hecho de sus principios el motivo para hacer cine. Podría decirse que es el símbolo del cine comprometido, aunque dudo que su afán vaya por ese camino. Se llama Costa Gavras, y no hay película en la que no se posicione en términos sociales y políticos.   Gavras se estableció en Francia siendo muy joven. Fue allí donde vio cómo se establecía la Dictadura de los Coroneles en Grecia, con posterioridad a un asesinato político. Fue este mismo crimen el que inspiró la realización de una de sus películas más emblemáticas, "Z". Hablo de la época en la que algunos cantantes radicados en Francia divulgaban las canciones de su compatriota, el también exiliado Mikis Theodorakis.   Su compromiso sociopolítico le llevó a ser (según he leído) detestado por algunos sectores de la izquierda europea con posterioridad al estreno de "