THE WAY

 No sé a vosotros, pero a mí -que soy forofo de las películas estadounidenses- me llenan de orgullo las producciones americanas o coproducciones hispano-americanas que se han rodado en nuestro país. Os preguntaréis a qué viene lo que he dicho. Pues bien, viene a cuento de una de las mejores películas que he visto en mi vida. Una película de obligado visionado para aquellos a quienes guste Martin Sheen, el Camino de Santiago, el Norte de España, o -como es mi caso- las tres cosas al mismo tiempo. Hablo, en este caso, de "THE WAY", una coproducción entre España y Estados Unidos casi íntegramente rodada en la ruta jacobea.

   Este filme nos cuenta la historia de Tom Avery (Martin Sheen), un odontólogo americano de clase alta cuya vida se transforma cuando recibe desde Francia una terrible noticia: su hijo (Emilio Estévez, hijo del actor en la vida real y director de esta maravilla) acaba de morir en un accidente en Roncesvalles, cuando estaba iniciando el Camino de Santiago.


  Al acudir a reconocer el cuerpo de su hijo, Tom toma una decisión importantisima: cremará el cuerpo de su hijo y se llevará sus cenizas. Emprenderá el camino que su hijo no pudo terminar, camino por el que irá esparciendo sus cenizas.

   A lo largo del film se muestra la difícil relación padre e hijo, algo muy común en todas las familias. En su camino Tom se topará con tres personajes: un escritor irlandés (James Nesbitt) que no logra encontrar su inspiración para escribir, un holandés (el personaje con más chispa de toda la película, interpretado por Yorick Van Wageningen) que pretende adelgazar haciendo el camino y una mujer canadiense (Deborah Kara Unger) que intenta superar su dramático pasado.

  Por la película desfilan varios actores europeos, habiendo superado la prueba con buena nota todos ellos. El primero de ellos es el francés Tcheky Karyo, metido en la piel de un policía que ha pasado por lo mismo que el protagonista. Los demás son españoles: Ángela Molina, Eusebio Lázaro y Simón Andreu.

  La factura artística de la película es impecable. Se nota el cariño que Martin Sheen y Emilio Estévez han puesto en el proyecto (algo tendrá que ver que ambos sean respectivamente hijo y nieto de Francisco Estévez, un gallego nacido en Parderrubias, Pontevedra). Si lo que querían era hacer un buen homenaje al Camino de Santiago, han dado en la diana. Su perfección como actores es proporcional a la del resto del elenco, que no ha escatimado en recursos escénicos para sacar a flote el proyecto.

  No puedo terminar este artículo sin hacer una especialísima mención al doblaje de la película. Mercedes Montalá (quien dobla a Déborah Kara Unger) está de diez, y lo mismo puedo decir de Eusebio Lázaro y Ángela Molina, quienes se han autodoblado excelsamente. No desentonan para nada con el resto de profesionales que han dado vida en castellano a esta obra de arte.

Comentarios

Entradas populares de este blog

UNA MIRADA HACIA EL TRENHOTEL

ARGENTINA 1985

ÉRASE UNA VEZ UN ESTUDIO. ÉRASE UNA VEZ LA MAGIA DE DISNEY