MEJOR IMPOSIBLE

Para algunas personas, la enfermedad mental es, sin ninguna duda, ese estereotipo perfecto para una comedia (en el mejor de los casos) o, en otros, una condición que explica perfectamente la psique de algunos de los personajes de la película que sea.




Esto último resulta un error, porque si hay algo que caracteriza en general a las personas con enfermedad mental, es que su diagnóstico no condiciona su personalidad ni condiciona absolutamente todos sus actos, es decir, representa tan solo un 30 por ciento de lo que es su persona. No obstante, recurrir a estos estereotipos puede producir, en ocasiones, que se hable de los colectivos a los que afectan, y, cuando el debate está servido, hay una luz de esperanza porque, como dice Clint Estwood, las opiniones son como los culos: todos tenemos uno. Es en este punto de la cuestión donde la industria del cine debería comenzar a aplicarse a la hora de hablar de las personas con enfermedad mental.

Un ejemplo de una comedia que representa un estereotipo hasta cierto punto es “Mejor Imposible”. En esta, Jack Nicholson personifica a un ser odioso y malhumorado que tiene un trastorno obsesivo compulsivo tan exagerado que hace del sufrimiento una sátira. Y, a veces, es bueno reírse del sufrimiento precisamente para que quienes estén sufriendo djene de hacerlo, aunque sea momentáneamente.



El personaje interpretado por Nicholson, sin embargo, no se ajusta para nada a la realidad. Bien es cierto que en la meca del cine no son nada dados a reflejar la realidad salvo cuando se trata de la temática del racismo, pero soy de los que piensan que, incluso cuando se refleja la realidad de un colectivo, se puede producir un agradable entretenimiento.

Si bien el personaje no se ajusta a la realidad del colectivo de personas con TOC tampoco se puede decir que perpetúe estereotipos dañinos, como sí hizo ese desvío artístico llamado “Joker”. He de reconocer que, aunque el personaje sea completamente inmoral al inicio de la película, con el paso del tiempo va modificando su conducta por motivos que no aclararé, dado que no quiero hacer destripes (usemos bien el castellano y dejemos de usar el término “spoiler”, que para eso escribió Miguel de Cervantes El Quijote hace varios siglos).

A la odiosidad del personaje interpretado por Nicholson se contrapone el de Helen Hunt, una camarera que esconde un drama por el que nadie debería pasar, merced al cual el personaje de Nicholson tomará unas medidas que no dejarán descontento a nadie.

Mejor Imposible es una comedia a la que, dejando de lado las maravillosas interpretaciones de un elenco en estado de gracia, no se le puede pedir más. A disfrutarla toca.

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