MEJOR IMPOSIBLE
Para algunas personas, la enfermedad mental es, sin ninguna duda, ese estereotipo perfecto para una comedia (en el mejor de los casos) o, en otros, una condición que explica perfectamente la psique de algunos de los personajes de la película que sea. Esto último resulta un error, porque si hay algo que caracteriza en general a las personas con enfermedad mental, es que su diagnóstico no condiciona su personalidad ni condiciona absolutamente todos sus actos, es decir, representa tan solo un 30 por ciento de lo que es su persona. No obstante, recurrir a estos estereotipos puede producir, en ocasiones, que se hable de los colectivos a los que afectan, y, cuando el debate está servido, hay una luz de esperanza porque, como dice Clint Estwood, las opiniones son como los culos: todos tenemos uno. Es en este punto de la cuestión donde la industria del cine debería comenzar a aplicarse a la hora de hablar de las personas con enfermedad mental. Un ejemplo de una comedia que representa un es...