El Risveglio
El paladar no sabe de ubicaciones. Vayamos por donde
vayamos podemos encontrarnos las sorpresas más inverosímiles. Como un enorme
bar restaurante en un polígono industrial de un pueblo de Madrid. Hablamos de "El Risveglio", un epicentro de delicias en el corazón de un polígono industrial de la madrileña localidad de Móstoles.

Su dueño, José Soto, sabe lo que se hace: "embauca" a los comensales con su simpatía, desparpajo y tablas, no sin antes llenarles los estómagos de felicidad y amor. Parecería como si hubiese salido de un programa de televisión de prime time en el que lo que cuenta es el carisma de quien participa en el mismo. A fe mía que, de haber sido asi, José hubiese triunfado por todo lo alto (Buenafuente: búscale). El Risveglio no es entonces un restaurante apto para ser rescatado por Chicote: no lo necesita, pues tiene además clientes fijos.
Sus chuletones de kilo son la prueba patente del buen oficio de Jose, un auténtico hombre-cocina: se deshacen en el paladar, sumergiendo la lengua del comensal en un mar de jugosidad y madurez de la carne, metiéndonos de lleno en un mundo de texturas y olores difíciles de olvidar. Tanto es así que frente a esta delicia cárnica uno olvida que puede estar viendo a un famoso monologuista, hombres-broma con cuyo arte a veces obsequia El Risveglio a sus clientes. Que les dure mucho tiempo.
Comentarios
Publicar un comentario
Tu comentario ha sido añadido con éxito.