EL HOMBRE DEL SACO

El cine de terror, en numerosas ocasiones, se nutre de leyendas y monstruos que, desde hace décadas, forman parte del imaginario popular. Tal es el caso de la leyenda de la Llorona, en México, o el del hombre del saco en España. Esta última es, precisamente, la leyenda que da título y argumento a la película de la que un servidor está redactando esta crítica o reseña: EL HOMBRE DEL SACO.





Esta es una coproducción entre España y Uruguay cuya sinopsis comienza cuando unos niños desaparecen en un pueblo andaluz llamado Gádor, que es donde, precisamente, se inició la leyenda original. Una familia emigra a este pueblo, donde es testigo de los sucesos que acaecen en el lugar. Un grupo de niños se rebelará contra ese monstruo que hace desaparecer a sus familiares y amigos, y no dudarán en plantarle cara.

La película es, sin lugar a dudas, un homenaje a la célebre serie Stranger Things. Un homenaje, eso sí, de notable factura con buenas interpretaciones, un buen ritmo y un planteamiento que, al igual que sucede en Stranger Things, hace que pueda gustar a gente de diversas edades.

La película no abunda en lo escabroso de la leyenda, ni tiene imágenes demasiado impactantes, pero se desenvuelve con soltura en su cometido de entretener al público y relatar una buena historia.

Los actores brillan por su naturalismo, pero también por su precisión interpretativa. Si hay que ponerle algún pero al guión es que los diálogos de los niños están poblados de palabrotas, pero mucho me temo que los padres de hoy no tienen las mismas miras que los de mi generación en lo referente al vocabulario de sus hijos. Mal hacen, claro está, pero así son las cosas.

EL HOMBRE DEL SACO es una película para ver disfrutando de unas buenas palomitas y un refresco, pero eso no le quita valor a la película. Precisamente, son muchas de las películas más entretenidas las que más quedan en la memoria del espectador. Por algo será.

 

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