HASTA SIEMPRE, KIRK
Recuerdo perfectamente la primera vez que vi Espartaco. Mis padres habían hecho una gran obra en la casa, y la televisión era uno de los pocos entretenimientos que debido a las obras podía tener. La película me cautivó desde el primer momento, no solo por su magnífico doblaje, ni por cómo estaba hecha. Me cautivó por su mensaje.
Esa sería solamente una de las muchas veces que vería en la pantalla al enorme Kirk Douglas. Mi gusto por esa película fue tal que me lancé a por esta encuanto salió en dvd. Y gracias a ese invento pude saber mucho más sobre sus entresijos.
Espartaco desprendía nobleza desde el momento de su gestación. Kirk Douglas había contratado para su guión a un buen hombre, un guionista que había sido injustamente perseguidos por sus ideas políticas: Dalton Trumbo.
Espartaco no podía ser una película más comprometida en aquella época. El film basado en la novela de Howard Fast era, en realidad, un claro alegato a favor de los derechos civiles en una época en la que el ambiente invitaba precisamente a lo contrario. Una época donde la delación estaba bien vista, y las listas negras arruinaban, senador Mcarthy mediante, la vida de un sinfín de personas.
Espartaco nos hablaba de la gesta de un hombre que, harto de su condición de esclavo, decidió emprender una lucha hacia la emancipación. Una lucha por la libertad.
Es por todas las razones que he mencionado antes que Espartaco, en su condición de película épica, no ha perdido un ápice de vigencia. Y soy consciente de que este artículo llega muy tarde, aunque, como dice el refrán, mejor tarde que nunca. Y lo publico ahora para decir lo siguiente a todo aquél que haya conocido personalmente a Kirk Douglas, si es que me lee: GRACIAS KIRK DOUGLAS, POR RECORDARNOS ALGUNAS DE LAS COSAS QUE SON VERDADERAMENTE IMPORTANTES, POR HABER HECHO DE LA VOCACIÓN ACTORAL UN EJEMPLO. TUS FANS NO TE OLVIDAREMOS. PORQUE, COSAS DE LA VIDA, TAMBIÉN YO SOY ESPARTACO.
Esa sería solamente una de las muchas veces que vería en la pantalla al enorme Kirk Douglas. Mi gusto por esa película fue tal que me lancé a por esta encuanto salió en dvd. Y gracias a ese invento pude saber mucho más sobre sus entresijos.
Espartaco desprendía nobleza desde el momento de su gestación. Kirk Douglas había contratado para su guión a un buen hombre, un guionista que había sido injustamente perseguidos por sus ideas políticas: Dalton Trumbo.
Espartaco no podía ser una película más comprometida en aquella época. El film basado en la novela de Howard Fast era, en realidad, un claro alegato a favor de los derechos civiles en una época en la que el ambiente invitaba precisamente a lo contrario. Una época donde la delación estaba bien vista, y las listas negras arruinaban, senador Mcarthy mediante, la vida de un sinfín de personas.
Espartaco nos hablaba de la gesta de un hombre que, harto de su condición de esclavo, decidió emprender una lucha hacia la emancipación. Una lucha por la libertad.
Es por todas las razones que he mencionado antes que Espartaco, en su condición de película épica, no ha perdido un ápice de vigencia. Y soy consciente de que este artículo llega muy tarde, aunque, como dice el refrán, mejor tarde que nunca. Y lo publico ahora para decir lo siguiente a todo aquél que haya conocido personalmente a Kirk Douglas, si es que me lee: GRACIAS KIRK DOUGLAS, POR RECORDARNOS ALGUNAS DE LAS COSAS QUE SON VERDADERAMENTE IMPORTANTES, POR HABER HECHO DE LA VOCACIÓN ACTORAL UN EJEMPLO. TUS FANS NO TE OLVIDAREMOS. PORQUE, COSAS DE LA VIDA, TAMBIÉN YO SOY ESPARTACO.
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