¡ROMPE ESTIGMAS, RALPH!


   Disney es una de las compañías más prolíficas en el campo de la animación, lo cuál es un mérito por muy obvio que sea. Podemos entrar en disquisiciones sobre si sus películas son beneficiosas para la infancia o no, pero (qué queréis que os diga) no seré yo quien tome posiciones radicales en este tema, porque si bien han realizado películas éticamente devastadoras, no es menos cierto que también las han hecho con unos escrúpulos y una psicología que pocos creadores tienen.

  Lejos quedaron ya los tiempos de Mickey Mouse, Minnie y el Pato Donald (entre otros personajes). Siguen siendo conocidos, pero no hacen el furor que hicieron en los tiempos de la RKO (hay que decir que Disney no tenía inicialmente distribuidora propia, era la citada compañía quien distribuía inicialmente sus cortos y filmes).

  Lejos quedaron ya los tiempos de la moralina ultraconservadora de algunos de sus filmes. Ahora buscan mensajes más integradores, y hay una película que, en esto, se lleva la palma: ¡Rompe, Ralph!.

A la Caza de los Prejuicios

  La película nos cuenta la historia de un personaje de videojuegos que no es respetado, sino temido, por ser un villano. Un villano que detesta la etiqueta de “malo”, un personaje con un corazón de oro puro que es sistemáticamente apartado del resto de personajes solamente por tener una etiqueta. Como pasa con tantos colectivos en el mundo.



   La meta inicial de Ralph es conseguir ser respetado y aceptado después de conseguir una medalla, pero hay un personaje igualmente inocente y bondadoso, de nombre Vanellope, que se interpone en su camino. Se trata de una chiquilla atrevida y valiente que desea dejar de parpadear, para lo cual tiene que ganar una carrera. Ralph, por otra parte, intentará ayudarle en lo posible.

Voces de Oro

   El doblaje al castellano cuenta con magníficos actores que han puesto un sello inconfundible a sus personajes. Quisiera mencionar la estupenda labor llevada a cabo por Salvador “Patxi” Aldeguer (padre del actor Nacho Aldeguer) y a la no menos competente Sandra Jara (en este caso de casta le viene al galgo, porque su hermano es Iván Jara –Dexter- y su madre es la gran Amelia Jara).


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