LA MUERTE DEL TRENHOTEL

 Según ciertos medios de comunicación, Renfe no prevé poner nuevos trenhoteles a corto-medio plazo debido a la crisis desatada por el Covid-19. Según El Economista, el trenhotel arrastraba unas pérdidas de 25 millones de euros. Una propineja comparado con los 10.153 millones que arrastró el AVE este mismo año, según LA RAZÓN. 

 TRENHOTEL promete a sus usuarios ser una auténtica habitación rodante, pero tiene un dilema: que las plazas acostadas -ya sea en litera turista, litera preferente o Gran Clase- son, además de caras, incómodas. Seguramente su precio se encarece debido a -en el caso de las plazas de Gran Clase- a que se trata de auténticas habitaciones en miniatura, donde el viajero puede ver películas, enchufar aparatos eléctricos, ducharse e ir al servicio sin salir del habitáculo. 

A tenor de todos los detalles mencionados anteriormente, podría pensarse tal vez que la Gran Clase es, para muchos (pese al precio) la solución a pasar una noche adicional de hotel. Pero, ¿sabéis cuál es la verdad? Que no es así. 

Pongamos por ejemplo el Trenhotel Galicia. Este último nació como sucesor de los Estrella Rias Baixas y Atlántico. Se trata, entonces, de un trenhotel de doble rama: dos convoyes van remolcados por una misma locomotora hasta llegar a Medina del Campo, allí el convoy se "divide" en dos ramas, liderada cada una por una locomotora distinta: una de ellas hacia Pontevedra vía Zamora y Ourense, y otra hacia Ferrol vía León, Monforte de Lemos, Lugo y A Coruña. Es un tren muy utilizado en verano por peregrinos que realizan el Camino de Santiago.


                                                ¡Qué bien cuida Renfe su material rodante! 


¿Cuál sería la solución para que el Trenhotel volviese a ser rentable? Hay varias, a mi juicio.

1-Sustituir todas las plazas acostadas por plazas sentadas. 

Las plazas acostadas son muchísimo más caras (como ya he dicho) en proporción a las plazas sentadas. Y estoy seguro de que a un buen porcentaje de viajeros no le importaría ir toda la noche sentado siempre y cuando sea en tren, gracias a que en el tren se pueden estirar las piernas, ir al servicio cuando se desee y (si las circunstancias del Covid, así como la operadora, lo permiten) tomar alguna comida o bebida (cosas que en un autobús no se puede hacer).

2-Poner plazas sentadas tanto en Preferente como en Turista

A muchos viajeros no les importaría demasiado pagar un extra por ir sentado en preferente, sobre todo si esa clase preferente tuviese butacas tan cómodas como las que contenía el extinto Trenhotel Barcelona - A Coruña. 

3-Agregar servicio de restaurante, además del de cafetería. Eso sí, a precios competitivos. 

Muchos viajeros de los trenhoteles íbamos cargando con la cena y con el desayuno. Sería bueno no tener que hacerlo so pena de desembolsar un dineral por comer raciones o bocadillos caros y de mala calidad. Para eso, sinceramente ustedes harían mucho mejor en buscar un acuerdo con cualquier cadena de comida rápida e implementar coches restaurantes con sus productos y cobrar estos últimos al mismo precio que en los restaurantes (total, la calidad iba a ser la misma que en las cafeterías de los trenes actuales pero el sabor sería mucho mejor). 

Dicho queda. 

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