LA DECADENCIA DEL FORMATO FÍSICO

Yo no recuerdo si antaño elaboré algún artículo sobre los formatos físicos de almacenaje de música y cine. Sé que puedo llegar a ser muy pesado, pero aun a riesgo de serlo, me meteré en este mundo con este intento de artículo que en estos momentos empiezo.




Acabo de leer en cierto portal de Internet que al blu ray le está matando el streaming. Y puede que sea verdad. Cuando comenzó Netflix en España, yo no deseaba en absoluto suscribirme a dicha plataforma por la sencilla razón de que ni tenía un Smartphone ni mi ordenador podía con imágenes en Alta Definición. Pero se hizo el milagro, ya van dos smartphones los que he tenido (incluyendo al actual) y sí, desde hace años cuento con un ordenador –este con el que escribo- que procesa holgadamente las imágenes de alta definición, las cuales sirve a un televisor full hd Philips de 22 pulgadas. Desde entonces, sí que tuve razones para contratar Netflix.

 

Hasta entonces era un comprador casi compulsivo de dvds y blu rays. Pero yo, un cinéfilo empedernido, he sucumbido ante los encantos del vídeo a la carta, lo que antes se conocía como Video On Demand (VOD) y que todo Dios conoce como streaming. Eso ha tenido tres efectos. El primero, que aparte de contratar Netflix haya contratado Prime Video de Amazon, así como Disney Plus (he tenido antes HBO, Filmin y Flixolé además de Netflix y Amazon, pero no tengo los tres primeros desde hace años). El segundo efecto ha sido que haya pasado de cinéfilo –lo sigo siendo, aunque menos- a seriéfilo empedernido (¡Y somos legión!). El tercero es que cada vez soy más reacio a comprar dvds y blu rays, aunque los sigo comprando.

El mayor ejemplo de todo esto me vino hoy, cuando me decidí a darme una vuelta por el pasillo de dvds de El Corte Inglés de Goya. Su departamento de cine cada vez tiene menos hileras de películas propiamente dicho, mientras yo me decía “no veo ningún título que me apetezca”. El milagro lo obró, no obstante, la edición en blu ray de “Desaparecido”, que –módico precio mediante- cayó en el saco.

Sinceramente, no creo que esto hubiese pasado hace años. Pero van a tener razón los que dicen que al blu ray y al dvd lo mataron el streaming (aún no lo han hecho, pero torres más altas cayeron).

Yo, no obstante, sigo pensando en la posesión. Nooo, no pienso en que se me meta un demonio dentro (xddd), sencillamente pienso en el cine y en la música como una inversión cultural. Me explico. Hoy en día, mucha gente sabe la matanza que ocurrió en 1907 en la ciudad chilena de Iquique. Y se conoce por dos razones: la primera de estas fue que Luis Advis compuso una cantata que narraba estos hechos, y que Quilapayun grabó en 1970. Fue la Cantata Santa María de Iquique. La segunda de estas razones es que la gente, los fans del grupo, han estado conservando los ejemplares que compraron, gracias a los cuales la Cantata sobrevivió en el tiempo y pudieron elaborarse ediciones en vinilo y en CD (los másters originales de esta cantata fueron destruidos por los militares chilenos después del golpe de Pinochet). ¿A dónde quiero llegar? Creo sinceramente que debemos poseer y conservar películas y música porque el cine, la música y la literatura explican cómo es el mundo en el que vivimos, y narran hechos que, de divulgarse mediante estas artes, no tendrían necesariamente por qué repetirse (aunque suela suceder). Debemos seguir poseyendo cine y música, aunque sea en mkv y mp3 respectivamente, a fin de que las generaciones futuras puedan estudiar nuestro presente e, insisto, aprender de los errores que estemos cometiendo actualmente. Por esta razón, yo no considero compras a mi catálogo de música y cine: lo considero una “inversión cultural”.

Encuanto a la muerte del CD, es algo casi lógico y natural. Lo primero que hacemos los jóvenes (desde hace una década) nada más compramos (cada vez menos) un cd es pasarlo a mp3. Entonces…¿Qué sentido tiene comprar un cd cuando podemos comprar el mismo álbum en formato mp3 pagando los álbumes a un precio mucho más asequible, y más aún, cuando sabemos que esa música acabará de todas formas en nuestro disco duro? ¿Qué opciones de supervivencia tiene el cd cuando webs como Amazon ofrecen las oportunas garantías respecto a las descargas legales? ¿Qué sentido tiene comprar discos en un contenedor que se puede rayar y que, si lo usamos en determinados territorios, puede darse por periclitado?

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